Por lo general cuando se trata de demandas en contra de Apple, es una empresa o un grupo de usuarios molestos los que se encuentran en el otro lado de la mesa, pero en esta historia no se dan ni una de esas dos condiciones, acá solo existe un joven que exige a Apple un pago de mil millones de dólares por haber caído preso por culpa de la marca de la manzana mordida, o por lo menos el cree que fue por su culpa.
Vamos a ver el origen del problema. El año pasado una banda organizada de ladrones robaron varios miles de dólares desde distintas tiendas de Apple de la costa este de Estados Unidos, robo que tuvo su correspondiente investigación y que llevó a un joven de nombre Ousmane Bah tras las rejas, mismo joven que hoy demanda Apple.
¿Porque sería la demanda del joven?, simple, su arresto procedió gracias a una credencial encontrada en una de las tiendas luego del robo, credencial que habría sido robada al joven y que habría sido dejada a propósito en el lugar. El punto a favor del muchacho es que al momento en que se realizaban los robos, Bah estaba en su graduación de secundaria, coartada perfecta a su favor, pero que no evitó que se lo llevaran tras las rejas.
De acuerdo a lo que demanda Bah, Apple habría utilizado su sistema de «vigilancia y reconocimiento facial» para dar con el y arrestarlo, cosa que Apple niega tajantemente, dado que se acusa de usar esto en sus tiendas, algo que desde marca niegan rotundamente.
Cierto o no lo del reconocimiento facial en las tiendas de Apple, la cosa es que la demanda ya fue interpuesta y será le ley quien diga la ultima palabra, aunque desde ya el panorama no se ve tan simple para el demandante ya que, además de enfrentarse a una compañía enorme con quizá el mejor grupo de abogados en el mundo de la tecnología, también hay que ver que la acusación se hace sin pruebas, algo que al momento de querer ganar un juicio se transforma en un punto importantísimo y que lamentablemente no estaría favoreciendo al muchacho de 18 años que reside en Nueva York.
Fuente: New York Post.
Autor: Elias Villagrán Donaire.